VIAJE A TIERRA SANTA


Es la primera vez que escribo algo para ser publicado y espero que se me entienda, pues no soy de letras. Quiero haceros partícipes de mi viaje, el pasado verano, a Tierra Santa.

El día 3 de agosto de 2009 partimos de La Bañeza rumbo a Barajas y desde aquí a Tel Aviv, donde pernoctamos. Fuimos cuarenta personas, de las cuales 30 eran de La Baña, pueblo de la Cabrera, que está creciendo gracias a la explotación de la pizarra. El resto éramos de diversas partes.

El primer día visitamos Tabga, Haifa y Nazaret, donde vimos la Basílica de la Anunciación. Allí mi hermana Sinda renovó sus votos religiosos. También nos acercamos al Monte Carmelo. En su iglesia asistimos a una misa muy emotiva. En Canaam renovaron su sacramento varios matrimonios del grupo.

Al día siguiente pasamos a Tiberías (Tiberíades), lugar de veraneo en tiempo de los romanos, famosa por sus balnearios. La ciudad toma el nombre del emperador Tiberio. Visitamos la casa de San Pedro, que hoy es una iglesia. Nuestro hotel estaba a la orilla del lago Tiberíades o mar de Galilea. Uno de los días que permanecimos allí cruzamos el lago en barca y en mitad del trayecto oímos misa presidida por nuestro guía, un franciscano del Bierzo. Al final pusieron el himno español y después hicimos baile. Desde el hotel también se divisaban los Altos de Golán y los cuernos de Hitin. Fuimos al monte de la Transfiguración, donde hay una iglesia nueva y preciosa.

Pasamos dos días en Jordania. Visitamos la capital Amman (la antigua Philadelfia de la Decápolis). Tiene dos millones y medio de habitantes y está ubicada entre montículos, por lo que hay gran cantidad de escaleras para llegar al centro. En las construcciones sobresale el color blanco. En Gerasa vimos los restos de dos calles perpendiculares con sus bellas columnas y capiteles. Llegamos también al Monte Nebo, donde se dice que Moisés divisó la Tierra Prometida (Jericó dentro de ella) y allí murió.

Sólo para ver Petra merece la pena viajar a Jordania. Fue la capital de los nabateos en los dos primeros siglos de nuestra era. Consta de innumerables edificios y tumbas excavadas en paredes verticales de roca arenisca. El más famoso es el Tesoro, con influencias del arte griego y perteneciente a una gran personalidad. Después de su decadencia y abandono pasaron muchos siglos hasta que fue descubierta por los británicos.

No podía faltar la visita al Mar Muerto, donde nos bañamos y nos embadurnamos con los barros tan beneficiosos para las afecciones de la piel, como la soriasis y el agua para el reumatismo. También comprobamos la excelente flotabilidad por su alta concentración en sales, que por el contrario sería mortal beber un solo vaso de agua. El Mar Muerto es una depresión que se sitúa a 416 metros por debajo del nivel del mar y es llamado así porque no existe vida animal en él. Ha ido bajando el nivel del agua y por tanto su superficie, por el aprovechamiento del agua del río Jordán, que desemboca en él, para la agricultura. Por ello están haciendo una conducción para llevar agua desde el mar Rojo. Visitamos el lugar de las Tentaciones, donde había varias tiendas con cremas y sales del Mar Muerto.

De allí pasamos a Jerusalén, donde permanecimos 4 días. Visitamos la basílica de las Naciones, llamada así porque contribuyeron a su construcción varios países. Hicimos una visita nocturna a la iglesia situada en el Monte de los Olivos, en exclusivo para nosotros. Al lado del altar hay una inmensa piedra donde Jesús recibió consuelo del ángel en su agonía. Vimos el muro de los Lamentos, para nosotros Lamentaciones. Siempre hay gente allí rezando, pero a la derecha las mujeres y a la izquierda los hombres.

Visitamos el museo, que es interesantísimo. En maquetas estaban las grandes mezquitas, las que están en la explanada, donde ha habido grandes refriegas entre israelíes y palestinos. Vimos también la iglesia del Paternoster, donde están escritos en más de 100 lenguas distintas, incluidas las que se hablan en nuestro país, el Padrenuestro. Son baldosines realizados en Manises (Valencia). También estuvimos en la Torre Antonia y el Litostrotos, donde fue juzgado Jesucristo. En el suelo hay un juego de fichas que utilizaban los soldados romanos.

El penúltimo día asistimos a un Viacrucis por la Vía Dolorosa, en la zona antigua de la ciudad. Las estaciones están en las paredes y en el suelo. Hay escaleras no muy altas, pero de una piedra blanca, que con el uso se ha hecho muy resbaladiza. Es una calle normal llena de tiendas a ambos lados y sacaban sus mercancías, frutas y hortalizas llevadas en carros manuales, como en tiempo del evangelio. El Viacrucis fue el que cantan en La Baña. Al final visitamos la Basílica del Santo Sepulcro, que es maravillosa. La mandó construir el emperador Constantino y está custodiada por los ortodoxos etíopes.

Tuvimos una tarde libre para hacer compras y al día siguiente asistimos en la Basílica del Santo Sepulcro a una misa cantada en gregoriano por ocho frailes franciscanos. Fue preciosa. De allí al hotel para bajar las maletas. A las 13:00 horas salimos para el aeropuerto. Esperamos varias horas hasta embarcar a las 17:30. Fueron cinco horas de aquí a Madrid. Después hasta nuestra tierra en autobús.

Hasta otra.

Eresia Martínez