NELSON MANDELA Y
VICENTE FERRER: DOS AUTORIDADES MORALES
Cabría
preguntarse, ¿por qué uno yo a estas dos personalidades? Para mí son dos
conductas ejemplares que tanto necesitamos hoy. Son dos vidas entrañables y
merecen ser imitadas,
Proceden de ambientes
diferentes, pero en el fondo tienden a converger. Inconformismo de las virtudes
que atesoran nuestros protagonistas; no les gustaba la sociedad en la que
vivían y lucharon para cambiarla. Y a fe que lo lograron. Buscaban libertad de
acción y querían romper con la correa que les ataba. Sus jefes cortaban sus
sueños: ya fuese el poder político supremacista con
su apartheid o la jerarquía clerical
católica. La solidaridad que desarrollaron siempre se topaba con avarientos y
prepotentes. Vicente recibe amenazas, incluso a su familia, de parte de
latifundistas, porque ven competencia en los pequeños excedentes que venden los
humildes agricultores de la India, a los que los pozos de agua construidos por
él hacían salir de la miseria. Nelson será llevado a un largo período de
prisión por hacer de coordinador de las diferentes comunidades negras, para
hacer presión mediante manifestaciones reclamando la igualdad.
Su utopía
les produjo varios sinsabores, incluso familiares: Nelson tuvo dos rupturas
matrimoniales, y la mujer de Vicente se quejaba de la poca atención y poco
tiempo que recibía. Pero ellos buscaban el bien común por encima del personal.
También
recibieron críticas de tener afán de protagonismo: Vicente en la construcción
de hospitales para personas necesitadas y Nelson de acaparar la petición de
libertad de sectores del mundo occidental.
Mención
especial merece Nelson en la reconciliación que consiguió mediante el impulso
que dio a un deporte de blancos, como era el rugby para que fuese de toda la
nación y lograsen el campeonato del mundo.
Son Nelson y
Vicente, Vicente y Nelson los nuevos guías de una justa y solidaria sociedad
humana, adalides del perdón, la solidaridad, de la no venganza.
Nelson
escribió desde su exigua celda carcelaria: “soy el dueño de mi destino”. Sí,
fueron su férrea voluntad y determinación las que forjaron su destino: Para
nada influyó en ellos la fortuna. Viven en nosotros.
Honorino Joaquín Martínez