LOS HOMOSEXUALES OS PRECEDERÁN
Si Jesucristo volviese hoy diría a los soberbios que se creen muy
observadores de la doctrina Cristiana: Los gays, lesbianas y transexuales os
precederán en el Reino de los Cielos.
Esto no es hacer apología (no estoy encuadrado en ninguno de estos supuestos) porque quien está en esos colectivos no es porque lo hayan obligado o lo hayan adoctrinado; el que diga que dándoles derechos van a proliferar más está equivocado de pleno. Decir que hoy abundan más es faltar a la verdad; antes vivían en la clandestinidad, el tan nombrado “armario”, y muchos tenían una doble vida, se casaban e incluso tenían hijos, para aparentar, y en la clandestinidad ejercían la homosexualidad.
Esta práctica es tan antigua como la existencia del ser humano, solo que unas sociedades las toleran, la Antigua Grecia, y otras la reprimen.
El ser humano es en primer lugar y eminentemente una persona digna de todo respeto, y lo que haga en su intimidad a nadie perjudica, ni a nadie coarta su libertad; lo que importa es que sea respetuoso y honrado con los demás. Y si la manifestación de amistad es moderada y similar a la de un heterosexual, por ejemplo ir de la mano, no perjudica ni molesta a nadie. Lo que pasa es que hay mentes estrechas y resentidas que quieren sentirse superiores, homogeneizantes y radicales con lo que no coincide con su pensamiento.
Por contra pienso que una operación de cambio de sexo no debe pagarla la sanidad pública, pues no es una enfermedad ni hay peligro de muerte. Si alguien se siente internamente con una identidad y externamente con otra, al que es feo no le pagan una cirugía estética para ser guapo.
La vida y la naturaleza no son algo estático ni uniforme, son cambio, y este siempre se producirá por economía de esfuerzos, por adaptabilidad, por causalidad, y nunca se conseguirá por egoísmo ni por manipulaciones tendenciosas y espurias.
Honorino Joaquín Martínez Bernardo