PUEBLO ISLAMITA
Los antiguos habitantes de la península arábiga pertenecían a la raza semita,
al igual que los hebreos. Eran principalmente nómadas teniendo por hábitat el
desierto. Estaban organizados en clanes familiares individuales, practicando el
politeísmo.
Mahoma en el s. VII unió estas tribus dándoles un monoteísmo a imitación de judíos y cristianos (estos tres pueblos tienen por patriarca a Abraham). Fue líder religioso y político. Todas las creencias y las cinco obligaciones las incluyó en el libro sagrado (El Corán).
A su muerte había conquistado toda la península de Arabia, y poco tiempo después, durante la dinastía Omeya, el Islam alcanzó su máxima extensión, ocupando todo el próximo y medio oriente, el índico, el norte de África y la península ibérica. Los francos y los bizantinos les impidieron avanzar hacia Europa, aunque los continuadores otomanos en la edad moderna llegarían a las puertas de Viena. Pero como en todo imperio, las divisiones internas, lo llevaron al declive.
Sin embargo alcanzaron una cultura y civilización extraordinarias: crearon la numeración decimal, de mundial implantación, destacaron en la medicina, matemáticas, filosofía, y fueron propagadores de la cultura griega.
La conquista del Nuevo Mundo por Europa los dejó en desventaja, languideciendo poco a poco hasta llegar a ser ampliamente colonizados por ingleses y franceses, para emanciparse a mediados del siglo XX.
Las potencias ganadoras de la II Guerra mundial, les incrustaron en Palestina un vecino incómodo: Israel. Desde entonces, ni para éste ni para los países islámicos vecinos ha habido paz. Ojalá que estos dos pueblos hermanos, dejen de ser cainitas y se comporten como Cástor y Polux.
Las grandes reservas de combustibles fósiles en el subsuelo, les ha devuelto cierto poder; pero son muy dependientes en tecnología.
La terrible destrucción de las Torres Gemelas, ideada por un fanático les ha creado el sambenito de terroristas. Puede que tengan algo de complejo de inferioridad; pero no son más que personas adaptativas a su entorno. Da la sensación que se circunscriben en un paralelo geográfico abundante en desiertos, prohíben el alcohol y la carne de cerdo porque son de costosa producción en su medioambiente; al igual que la permisividad de la poligamia puede tener la misma justificación.
El nuevo cambio climático, producto de la insensatez de muchos avarientos y egoístas, puede que muchos más tengamos que adaptarnos a nuevos desiertos, y lo que depare a las distintas sociedades dependerá del esfuerzo, el tesón y la solidaridad. Cada cual recogerá lo que siembre.
Honorino Joaquín Martínez Bernardo