JESUCRISTO EN SU TIERRA
 

   El pasaje titulado Jesús en Nazaret siempre me ha fascinado y cautivado. En esta occasion ya no se anda por las ramas, ni con preocupación. Dice abiertamente delante de sus vecinos quién es, cuál es su papel y su encuadre: el que los profetas anunciaron, en este caso Isaías (uno de los profetas mayores). Es el que tenía que venir, el Mesías. Sus paisanos se hacen cruces (casi las del ajusticiamiento). Y piensan ¿Cómo un anodino mocoso de nuestra tierra va a ser el Elegido? No puede ser, el Mesías tiene que ser alguien imponente para hacer poderoso a nuestro pueblo y subyugar a los reinos vecinos. Además hace curaciones en otras regiones y no en la nuestra.

   No es de extrañar que lo quisieran eliminar; pero cuando no hay fuerza moral frente a donde la hay, mal se puede conseguir algo. Todavía no había llegado la hora del martirio y de la inmolación.

   Me gustaría poder leer este pasaje en una celebraciónn eucarística. En mi pueblo he sido el patito feo a quien casi todos ninguneaban (curiosamente el apodo ofensivo de mi familia es “curro” o sea pato), pero nunca se sabe, igual puedo llegar a ser un hermoso cisne. También puede ser que la piedra que desecharon (fui seminarista) los arquitectos (el clero) sea ahora la piedra angular.
 

Honorino Joaquín Martínez Bernardo