Recuerdo vivo el que tengo
De las norias de mi pueblo
¡Qué honda pena la que siento
Al contemplar que hayan muerto!
Si de su resurrección
Fuera testigo presente
Sentiría la alegría
Que produce al corazón
El hallazgo más preciado
Del más sentimental don.
Aún no me hago a la idea
De su desaparición.
¡Que una estampa tan bonita
Tan sencilla y bienhechora
Tuviera que perecer
Y no a la vez convivir,
Sin tener que fenecer
Con lo que surgió después...!
¿Qué extraña sentencia pudo
Dejarles sólo el recuerdo
Tan amargo y sin sentido?
¡Tantas cosas hemos visto
Desaparecer así
Sin nuestro consentimiento
Viniendo a sustituirlas
Otras foráneas, vacías
Que de no poner remedio
Tendremos mutuo el sepelio!
Todo un símbolo es la noria
Del hombre con su engranaje
Que son su gran fuerza interna
Es capaz de sacar agua
Viva, transparente y clara
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