De
cháchara en Santibáñez
Este puede ser un ejemplo de conversación mantenida, una
mañana de primavera, entre padre, madre e hijo antes de ir a faenar a una de
las tierras de su propiedad, allá por los años 50.
Padre: Vete,
escapao, a
la tierra del Baucima
y cambia el agua a las embelgas. Abre
dos aguales
más y, si hace falta, esmonda
un poco la moldera.
Hijo: Primero,
voy a mudarme porque ando todo esfarrapao y
con los pernales rotos.
Padre: Ya
hace cuantá
que tenías que haber limpiao
las peselberas
y dao de
comer al ganao.
Pon la cullera
al macho y busca los vincos de los bueis.
Hijo: ¿No
me ves que estoy esgranando
mazorcas y apañando hojas con la bilda? Espera que
entoavía no
he terminao.
Padre: Recuerda
que entresemana
tenemos que esbagar
lino y majar garbanzos en la era.
Hijo: Tamién hay que escortezar la
tierra de remolacha de las Adoberas.
Madre: Pascualín, anda monín
y coloca el palancanero
en su sitio que quiero esjuagar
los platos.
Hijo: Estoy
estrozao y entoavía tengo
que esparramar el abono en el Charco. Voy a uñir los bueis y p
Padre: Llévate
la ativa pa arar los enjesquinos y
déjate de armar espolín como hiciste denantes.
Hijo: Voy
a espurriar
un poco las piernas pa
andar más ligero. Hace un rato me atartallé un dedo al levantar la mullidora.
Madre: ¿Abrase
visto? Tengo las manos engarniadas.
¡Si seré fata!
Me está bien, por haber apañao
la leña sin guantes.
Padre: No
encuentro la forca
que dejé ayer en la dispensa. ¿Dónde,
diantre, estará?
Madre: Tú
sabrás, que siempre andas papiando las moscas.
Hijo: Estoy
esfambriao.
Me quiero zampar un barreño sopas,
después de p
Madre: Denantes, tienes que bajarme la naspa y el fuso de la panera porque esta velada, si hay luz,
quiero tejer y hacer madejas.
Hijo: Entoavía no la ha
devuelto la ti Sinforosa.
La llevó ayer entresiesta.
Padre: Abrí
la peiza
del descanso la escalera y no hay más que palitroques.
¿Por qué no la habéis vaciao
pa meter
harina?
Madre: Aprisa, Pascualín,
y ponte a la esparrancuela
en la vara el carro antes de que te
dé un mosquilón.
Hijo: Sí,
¡como que me voy a esparrancar
encima!
Padre: No
emburries, hijo, que hay sitio pa todos.
Hijo: ¿Sabéis
qué me pasó? Que me estornillé
de risa cuando me dijeron que el rapá del ti Félix se había escolingao de las pernillas del carro.
Padre: Pues
se llevó un costrapazo
que perdió el conocimiento. ¡Demontre!
Que hubiera tenido cuidao.
Madre: Ya
metí en la fardela
la comida de las doce. Iremos a atar manojos a la tierra el Cacho antes que se empiecen a esgranar. ¡Que
Dios nos ayude!
Servando
Pan
Octubre
de 2006